Francisco Bazterrica es un joven y promisorio artista argentino realizador de una singular y genuina pintura. Sus cuadros realizados sin planteo previo alguno, de modo espontáneo, surgen de un «automatismo psíquico» que le impone un estilo simple, ingenuo, aunque no por ello carente de sentido profundo, a través de un simbolismo que hace, al decir de Schelling, que el artista realice en «un saber haciendo que cuando deja de hacer deja de saber».

Bazterrica, en sus obras nos sugiere simbólicamente la asfixia de la ciudad – cárcel que el propio hombre se ha procurado, la fractura del hombre terrestre y el hombre celeste, la falsa-of del hombre de nuestros días abyecto a la materialidad del «totem» del progreso, con símbolos arquetípicos como la torre, el camino, el eje, la esfera roja, los ángeles. Su obra es un canto de color y forma que nos indica, en contraposición a la mera existencia, una vida nueva, más acorde con la naturaleza de las cosas, más acorde al Ser del hombre. ​